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El Mapa Corporal del Cerebro es Sorprendentemente Estable – Incluso Después de Perder un Miembro

In es, Neurociencia
August 22, 2025
Un Estudio que Desafía el Conocimiento Previsto

Un nuevo estudio ha sacudido los cimientos de la ciencia neurológica al desafiar la creencia ampliamente sostenida de que el cerebro se reorganiza significativamente tras la pérdida de un miembro. Tradicionalmente, se pensaba que la corteza somatosensorial primaria – la región asociada con las percepciones sensoriales del cuerpo – se adaptaría fusionando áreas que previamente recibían información del miembro perdido con aquellas responsables de procesar sensaciones de partes del cuerpo adyacentes.

Sin embargo, la investigación publicada en Nature Neuroscience indica que este mapa primario se mantiene notablemente constante, incluso años después de la amputación. Este hallazgo contradice los principios fundamentales que figuran en los libros de texto y cuestiona nuestra comprensión de la plasticidad neuronal en el contexto del mapeo corporal.

El Efecto del Mapa Sensorial en la Vida Real

Las implicaciones de este descubrimiento son profundas. Para las personas que ven que se les practica una amputación, la incapacidad del cerebro para adaptarse significativamente puede explicar por qué muchos siguen reportando sensaciones en sus extremidades ausentes—comúnmente conocido como sensaciones de miembro fantasma. Estas sensaciones pueden variar desde hormigueo y calor hasta un dolor más intenso, un fenómeno que sigue siendo objeto de intensa investigación.

La Dra. Tamar Makin, neurocientífica cognitiva de la Universidad de Cambridge y autora principal del estudio, señala que la intuición y experiencias de antiguos amputados ya habían insinuado estas inconsistencias neurológicas, lo que llevó al equipo de investigación a investigar más a fondo.

Metodología del Estudio: Explorando el Inexplorado

Los investigadores seleccionaron a tres participantes que estaban programados para someterse a la amputación de un brazo. Utilizando imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI), mapearon las representaciones corticales de los cuerpos de los participantes tanto antes de la cirugía como hasta cinco años después de la amputación. El estudio se distingue como el primero de su tipo en evaluar de forma longitudinal la estabilidad de estos mapas cerebrales durante un período prolongado tras la pérdida de un miembro.

Antes de sus cirugías, a los participantes se les pidió que realizaran varios movimientos—incluyendo golpear los dedos y flexionar los dedos de los pies—mientras se monitorizaba la actividad de su cerebro. Esto permitió una visualización integral de los mapas sensoriales del cerebro. Una vez que los miembros fueron eliminados, las evaluaciones de seguimiento mostraron consistentemente que la representación cortical del brazo amputado se mantuvo sin cambios, sosteniendo sus patrones de actividad originales a lo largo de los años.

Reimaginando el ‘Homúnculo’ Cerebral

Los hallazgos proporcionan evidencia decisiva contra la suposición de que los mapas corticales sufren reorganización tras la pérdida de un miembro. Estudios previos habían sugerido que regiones adyacentes de la corteza—como aquellas responsables de la sensación en los labios—se expandirían en el área previamente dedicada al miembro perdido. Sin embargo, en esta investigación, no se observaron tales desplazamientos.

Esto no solo redefine nuestra comprensión de cómo el cerebro procesa los mapas corporales, sino que también restablece la noción de una representación más estable y duradera dentro del cerebro. La afirmación de Makin sobre que esta es “la evidencia más concreta” de mapas inalterados proporciona un paso significativo hacia adelante en la neurociencia.

Consecuencias Terapéuticas y Nuevos Dispositivos

Las posibles aplicaciones de esta investigación se extienden a los ámbitos del tratamiento médico y de la tecnología. Una mejor comprensión de cómo el cerebro retiene sus mapas corporales podría informar el desarrollo de miembros prostéticos más sofisticados que podrían interactuar mejor con el sistema nervioso, o incluso contribuir a terapias destinadas a aliviar el dolor de los miembros fantasma.

Dichos conocimientos podrían allanar el camino para enfoques innovadores hacia la rehabilitación, apuntando a los aspectos de la percepción sensorial que permanecen activos y no alterados dentro del cerebro. Esto es especialmente prometedor para las personas que han luchado con los efectos debilitantes de las sensaciones de miembros fantasma, proporcionando un posible camino hacia el alivio.

Mirando Hacia el Futuro

Las implicaciones de esta investigación invitan a una reevaluación de las teorías existentes dentro de la neurociencia y podrían catalizar nuevos proyectos enfocados en la estabilidad y plasticidad cortical. A medida que seguimos profundizando en nuestra comprensión del cerebro humano, estudios como este nos recuerdan los territorios inexplorados que permanecen en la neurociencia, desafiándonos a reconsiderar lo que creíamos saber sobre la representación corporal en el cerebro.

En última instancia, este avance no solo sienta las bases para una mayor exploración científica en esta área, sino que también se erige como un testimonio de la ingeniosidad del cerebro humano—un órgano que retiene sus complejos mapas ante un cambio físico tremendo.


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